En mi lista mental de ventajas e inconvenientes que
suponen los exámenes, veo infinitos inconvenientes, pero me es difícil imaginar
más de un par de ventajas, que en realidad solamente son ventajas, en todo caso, para la figura del profesor. Por eso creo firmemente que se podría hablar durante horas de los exámenes, y siempre se llegaría a la conclusión de que son reemplazables.