Seguimos en la línea de la anterior entrada, con ese tipo de
situaciones humanas que uno no llega a comprender.
Hoy el turno es para esos hombres, por llamarlos de alguna
manera, que no tienen nada mejor que hacer en su vida que lanzar miradas
desafiantes a otros hombres. Si, a todos nos ha pasado, y si no te ha pasado,
es que te mueves poco por la calle.
Vas caminando tranquilamente, acompañado o solo, da igual, y
te cruzas con un tipo que se te queda mirando, e incluso como le mantengas la
mirada, no te extrañe que lleguen a girar el cuello hasta el límite. Antes se
doblan la columna vertebral que retiran la mirada. Parece que están deseando
que mantengas la mirada para empezar una pelea en mitad de la acera, como si no
tuviera nada mejor que hacer en mis ratos libres.
De verdad, ¿Qué pretendéis? ¿Tenéis complejo de cowboy
malote? ¿Habéis visto demasiada WWE? Algunos incluso podrían decir ¨bueno, te miran por
feo/guapo¨, pero no amigos, un hombre no mira a otro hombre de esa manera a no
ser que quiera bronca.
Y lo más preocupante, es que hasta niños, y cuando digo
niños no me refiero a niñatos adolescentes, sino a niños de verdad, de 6-12
años, han pillado esa misma actitud y son capaces de quedarse mirando fijamente
con cara de pocos amigos a gente que le dobla la edad.
No sé si entre chicas desconocidas también aparecerán en
ocasiones estas tensiones, aunque por lo que creo haber escuchado y por lo que
se observa, entre las mujeres es más típico fijarse en la ropa que lleva la
otra, algo infinitamente mucho más sano que lanzar miradas que invitan a una
pelea.
Pero claro, el tipo de hombres que tienden a tener estas
actitudes, ya sabemos cómo son conocidos. Se les suele otorgar un nombre que empieza
por ca y termina por ni, y cuya cura aún no se ha descubierto, y mira que están
tardado.
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