Desde hace poco tiempo, mucha gente pretende que otros cambien para
ellos sentirse mejor. Me explico. Ha despertado una corriente de hombres y
mujeres empeñados en que las grandes compañías de moda reconsideren lo que han
venido haciendo años atrás para ofrecer una imagen más ¨real¨ que se aproxime mejor
a lo que se ve por las calles de las ciudades. En otras palabras, algunos piden
que aparezcan por las pasarelas de moda y por los reportajes de fotos, personas
con un físico más parecido al del ciudadano medio que al de figuras consideradas
culturalmente como perfectas. Y yo me pregunto, ¿Qué más da?
Porque joder, que puta
tristeza de vida debes tener para que te afecte tanto las decisiones de una
compañía de moda. Resulta patético que la meta de tanta gente sea concienciar a
grandes marcas de cómo deben enfocar los estándares de belleza. Eso solo
demuestra que hace falta que otros cambien para que tú estés satisfecho con el
físico que tienes. Toda esa gente debería a mirarse delante del espejo, y si le
gusta lo que ve, a seguir así, y si no, a cambiar. Pero no se puede recriminar
nada a una compañía de moda que coloca en sus escaparates o fotos a quien le da
la gana, y con razón.
Cualquier multinacional
relacionada con el mundo de la moda, que yo sepa, no tiene ninguna
responsabilidad social, y su objetivo es vender, no transmitir valores. Por
eso, considero que es muy ridículo que tantos se quejen de algo tan irrelevante
como este asunto.
Evidentemente, cualquier
persona con sentido común observa la ridiculez de como tantas veces aparecen
por las pasarelas modelos que parecen sumidas en la anorexia, pero a quien crea
que puede decirle a la empresa que modelos tiene que elegir, lo lleva crudo.
Una gran marca colocará a quien crea oportuno, y le añadirán retoques digitales
dignos de una película de ciencia ficción porque pueden. Pretender impedirles
eso es un acto esperpéntico.
Si los modelos y las
modelos entran por el aro de lo que las compañías solicitan, allá ellos con sus
decisiones, pero luego que no critiquen lo que hacen con sus fotos, porque los
que forman parte de ese mundillo, saben como funciona. Son demasiadas las
modelos que una vez alcanzan la fama, empiezan a criticar que en cierta sesión
de fotos le hagan retoques…Oye, ¿En cuántas sesiones anteriores esa misma modelo ha permitido que le hagan retoques? Cada una y cada uno sabrá la respuesta. Pero es muy
hipócrita ser uno más de ese mundo, y ver que solo cuando alcanzan la fama,
empiezan a echar pestes de lo que ellos mismos han permitido.
Eso sí, la gente que está
metida en ese sector es tan auténtica como cualquiera. Digo esto porque toca
mucho los cojones leer y escuchar por ahí eso de ¨mujeres reales¨. Aunque claro,
las que tienen un físico que no os gusta, no son reales, solo son hologramas…
Recordad queridos y queridas lectores, que la perfección no existe en ningún
ámbito de la vida. Las que aparecen por las pasarelas o en los anuncios son tan
reales como la última persona que tus ojos han visto.
Resulta más urgente
limpiar mentes de la sociedad que convencer a empresas de cómo gestionar sus
campañas. Es cada individuo el que tiene
que ser lo suficiente crítico como para ser consciente de que no hay necesidad
alguna de aspirar a tener el mismo físico de los famosos que aparecen por
televisión, revistas o redes sociales.
Esa ansia por verse
reflejado solo demuestra una paranoia y una absoluta necesidad de aprobación
social. Querer ser como el que sale por la tele, o tener el mismo físico que
tanto aparece en Instagram parece la meta sin sentido que tantos pretenden
alcanzar. Si esa es la idea, vais apañados.
Tan grave es ver encima
de una pasarela a una canija anoréxica, como a una mujer obesa. Como siempre,
la solución estaría en el término medio. Pero si una empresa de moda tiene
tendencia por los extremos físicos, allá ellos. Yo al menos, viviré tranquilo
sabiendo que esa panda de gente no guía mi vida solo porque marquen ciertos
estilos de físico. En definitiva, las modas están para que las siga quien lo
necesite.
Es cada persona quien debe ir por delante de los intereses o la publicidad de las empresas.
Es cada persona quien debe ir por delante de los intereses o la publicidad de las empresas.