Según la RAE (Real Academia
Española para los más despistados), el término ¨friki¨ tiene tres significados:
-Extravagante, raro o excéntrico.
-Persona pintoresca y
extravagante.
-Persona que practica desmesurada
y obsesivamente una afición.
Puede que todos no seamos muy
extravagantes, así que las primeras dos definiciones las dejo aparte (aunque la
palabra extravagante, va relacionada con lo que es ¨normal¨, y yo muchas veces
me pregunto que es normal y que no, pero no es plan de hablar de eso ahora). Así
que, entre las tres, me quedaría con la tercera definición. Pero tampoco para
mí esa tercera definición es del todo perfecta porque un friki no tiene por qué
ser necesariamente un exagerado, que esté viciado completamente con aquello que
le gusta.
Vamos a ser claros: independientemente de lo que diga un diccionario, la sociedad en general identifica como frikis a aquellos con gustos que se alejan de lo que la mayoría hace. Es una palabra que se ha maltratado, con el fin de insultar, y despreciar a los que hacen cosas diferentes a lo socialmente aceptado como normal. Pero mi propia definición de friki sería la siguiente: persona que disfruta de sus aficiones, sin importarle lo que piensen los demás. Por supuesto, bajo mi punto de vista, el término friki no es algo despectivo. Es algo que todos somos.
Así que friki no es el que tenga una afición rara, sino cualquiera que tiene una afición, y la vive con toda su alma. Todo aquel que tiene una profunda personalidad, y se la suda lo que piensen los demás, para mí es un perfecto friki, y lo debe ser con mucho orgullo.
Aunque, al fin y al cabo, todos sabemos que el ¨friki¨ va a seguir siendo identificado como aquel que tiene unos gustos que no tiene la mayoría. Pero, ¿por qué hay que señalar como friki a un tio o una tia que no tiene los mismos gustos de borrego que el resto?
Por ejemplo, si hay una afición que reina ante todo lo demás en España, es el fútbol (ojo, yo también disfruto viendo este deporte, pero sin jugarlo porque soy muy paquete). Bien, pues un aficionado que vaya al estadio con la camiseta del equipo, una bufanda del equipo, el gorro del equipo, y a saber cuántos accesorios más con los colores o el escudo del equipo, será visto como un buen aficionado al fútbol. Sin embargo, cuando vemos que unos cuantos se han disfrazado de un bicho extraño de un universo de manga en alguna convección de comic, rápidamente la palabra ¨friki¨ quiere salirse por nuestra boca.
¿Qué diferencia hay entre un fan y otro? Absolutamente ninguna. Sólo que las frikadas de uno están mejor vistas, y son más aceptadas que las del otro. Pero al fin y al cabo, las dos son aficiones sanas y que no hacen daño a nadie. Y ninguna afición es mejor que otra, sólo diferente.
He puesto el ejemplo del fútbol y los cosplays, porque son muy vistosos, pero frikadas hay tantas como aficiones, y nos convierte a todos en frikis. Y cuando digo todos, es todos, nadie se queda fuera. Y pobre de aquel que no viva su afición, o sus aficiones a tope. No sabe lo que se pierde.
El mismo nivel de respeto merecen las frikadas generalizadas como las frikadas que gustan a mucha menos gente.
Cuando se dice ¨friki¨ puede que
se nos venga sin querer a la cabeza la imagen de un tipo gordito, posiblemente
con espinillas, un peinado cutre, una camiseta de alguna banda de rock, que
pasa el día sentado delante del televisor con los videojuegos, y solo se mueve
para trasladarse a su ordenador. Y la verdad, mientras no perjudique a nadie,
me parece tan respetable este modo de vida, como cualquier otro. Básicamente
porque me la trae floja lo que cada uno decida hacer con su propia vida, que
para eso es suya. Cada uno que se las apañe consigo mismo como pueda. Pero
recuerda, él es tan friki como tú con lo que te guste.
Porque todos tenemos nuestras
propias aficiones, que al fin y al cabo, son las que nos definen y dicen mucho
de nosotros. Así que nuestras aficiones, si las vivimos como realmente hay que
vivirlas, nos convierte a todos en frikis de algo. Todos. Te aseguro que tú
también.
Los habrá frikis de los
videojuegos. Del deporte. De las series. De los programas de televisión. De la
moda. De las redes sociales. De la lectura. De los comics. Del culturismo. De
la música. De los tatuajes. De la cocina. De los juegos de mesa. De la
política. Hay tantas frikadas como cosas que nos pueden gustar en la vida. Y
decir que fulanito es friki de noséqué, para mí, es como decir que a fulanito
le gusta noséqué. No es un insulto, es simplemente señalar que apasiona a esa
persona.
Que quede bien claro: no hay que
sentirse peor por ser un friki de X cosa, porque todos, repito, todos, lo
somos, aunque no nos demos cuenta. Y ser un friki de lo que sea, es motivo para
estar orgullosos de nosotros mismos, y de lo que nos gusta. Por lo que, si
alguna vez te llaman ¨friki de ______¨, lo mejor que puedes hacer es responder
con un ¨gracias¨, porque demostrarás que eres un buen fan de lo que te gusta.
¡Toda la razón del mundo! Cada cual es como es y aunque no te guste tienes que respetarlo ya que a todos nos gusta que nos respeten también ... ¡Chapó!
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