martes, 12 de septiembre de 2017

Genialidad de libro: La naranja mecánica

Me encanta el término de ¨follar la mente¨. Es una expresión que desde hace unos años se ha puesto de moda, y que la gente emplea para referirse a situaciones, personas, canciones, películas, experiencias, etc., que alteran la inteligencia en el buen sentido. Te hacen aprender, reflexionar y mejorar. Si te follan la mente te vas a sentir orgulloso de eso en particular que lo ha hecho. En mi caso, leer ¨La naranja mecánica¨ de Anthony Burges me folló muchísimo la mente.

Sinopsis
Alex, un nadsat-adolescente que adora la violencia, disfruta de una vida relajada con sus padres, mientras por la noche sale con sus amigos a pasárselo bien, y sobre todo, a destrozar todo aquello que encuentran a su paso. Nada le preocupa, hasta que toda su realidad se derrumba cuando una de sus acciones violenta sale mal, y la policía le atrapa para enviarlo a prisión, donde experimentará un cambio muy desagradable.



Solo con la primera página, tienes suficiente material para empezar a asimilar que esa novela no es comparable con nada que se pueda encontrar por ahí. Te encuentras con un futuro indeseable donde salir a la calle en determinados momentos resulta peligroso por la abundancia de bandas callejeras adolescentes que sienten verdadera pasión hacia la violencia extrema sin sentir ningún tipo de remordimiento. Destruir todo lo que puedan es lo único que llena sus vidas.

Pero aunque en un principio pueda impactar las atrocidades extremas que estos jóvenes realizan, no podemos olvidar que el problema de la violencia juvenil, por desgracia, suele ser una realidad que ha existido siempre. Afortunadamente, la mayoría de veces, los adolescentes (o nadsats como se denominan en el libro) cambian con el tiempo, llegando a enterrar con el paso de los años esa actitud incomprensible, y el propio libro desarrolla muy bien el concepto de adolescente que actúa sin cabeza pero posteriormente logra madurar, adaptándose a la vida adulta que se espera de él.

Además de un comienzo intenso, la diferencia notable respecto a otras obras es la jerga ficticia que utilizan estos adolescentes. Una jerga compuesta por expresiones que el lector no entenderá, obligándole a dirigirse al glosario que incorpora el libro donde aparece la traducción a nuestro idioma cotidiano. Solo de esa manera se podrá comprender la prosa que utiliza la obra mediante la narración de Alex, su protagonista. Las palabras desconocidas aparecen sin parar al principio, pero para el tercer capítulo, ya tienes las suficientes aprendidas como para sobrevivir a la lectura sin estar continuamente recurriendo a las hojas finales del glosario.

En el mismo sentido, Alex, el narrador de la historia, también logra diferenciarse de cualquier otro tipo de narración a la que estemos acostumbrados con esas onomatopeyas que repite para introducirnos más en el ambiente descontrolado e ilegal que supone su vida tan contradictoria, ya que lo mismo disfruta matando o violando, que gozando con sinfonías de música clásica o con la belleza del lenguaje.

Pero el eje central en el que se apoya la novela es el psicológico (siempre he pensado que la ciencia de la psicología debería tener a esta obra en un pedestal y ser una lectura obligada para los estudiantes de esa carrera), ya que el condicionamiento supone la transformación del propio Alex, debido a que ciertos científicos juegan a ser Dios al modificar su mente mediante la cuestionable técnica del Ludovico, ignorando las diferentes consecuencias negativas que pueda tener sobre la vida del paciente.

La intención de estos cerebritos es investigar con Alex, mediante unos procesos escalofriantes, si es posible suprimir un acto tan humano como el de la elección. El libre albedrío del que todos gozamos, creen que es el origen de los problemas, y llevan razón, pero ante eso ¿realmente se puede hacer algo? Como bien dice el libro, cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre, y suprimir la libre elección elimina todo atisbo de humanidad.

Ante eso, creo que el libro pretende exponer lo que NO hay que llegar a hacer nunca, que es cortar de raíz la posibilidad de elegir hacer el bien o hacer el mal, cuando lo correcto, bajo mi punto de vista, es hacer ver al delincuente por qué está mal lo que hace, y por qué merece la pena actuar de una forma buena.

Otro derroche de calidad que presenta el libro, es la capacidad para realizar dos críticas de la cárcel y de la política en tan pocas líneas. Con la cárcel, en solo unas pocas páginas explica lo absurdo que es amontonar a criminales en una misma prisión, consiguiendo solo que la criminalidad que se extiende por la calle, quede concentrada en un mismo punto, realizándose así, delitos en el mismo lugar del castigo. Por otro lado, al final del libro da unas cuantas pinceladas de crítica a la política, ya que algunos individuos pretenden utilizar la desgracia que le sucede a Alex como herramienta para ganar votos, haciendo peligrar incluso la vida del propio muchacho.

Sin duda, leer este libro es conocer como el ser humano puede llegar sobrepasar sus límites, con esa abundante perversión extrema y variada que aparece en la novela. Sencillamente, sus páginas son de lo mejor que se puede leer sobre el concepto de libertad.

¨Quizás el hombre que elige el mal
es en cierto modo mejor que aquel a quien
se le impone el bien¨

PUNTUACIÓN

Personajes: 9 (Aunque el personaje mejor construido es únicamente el protagonista que sufre una gran evolución, aquellos que van apareciendo durante el desarrollo de los acontecimientos destacan porque todos cometen actos de traición hacia Alex, haciendo pensar que quizás uno de los mensajes principales de la obra sea que no se puede confiar en nadie).

Trama: 10 (Una historia cruda, desagradable e incluso cruel, utilizando como raíz un problema demasiado cotidiano como es la violencia adolescente).

Temas: 10 (Multitud de reflexiones y lecturas permite esta obra, e incluso aspectos filosóficos muy merecedores de analizar en profundidad).

Estilo: 9 (La prosa se presenta en forma de diario de Alex, con un estilo propio que se adorna con la jerga nadsat)

Ambientación: 9 (El futuro que imagina Burgess es todo un acierto, porque no está demasiado alejado de la realidad actual).

Desenlace: 10 (El último capítulo que tiene su propia anécdota detrás, consigue un cierre perfecto para la historia, pudiendo ser considerado incluso un gran final feliz)

NOTA GENERAL: 9,5




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